En una era en la que Marie Kondo se ha convertido en una estrella gracias a sus consejos para mantener el orden en el hogar, es normal que comiences a darte cuenta de cuáles son algunos de los vicios o actitudes que puede tener una persona que está obsesionada con el orden. A diferencia de aquellas personas que no piensan o actúan de este modo, los que son adictos a tener las cosas en su sitio no comprenden un hogar o una vida desordenada, por lo que sus manías y costumbres pueden llegar a ser un problema a la hora de compartir casa con otras personas.
Hay quienes son adictos al orden y quizás no son del todo conscientes de ello. Esto quizás se debe a que viven solos o que las personas que habitan en el mismo hogar que ellos les han dejado siempre actuar a su manera, puede que respetando su espacio o bien porque van a remolque de sus acciones y probablemente ya les vaya bien que les organice también sus enseres y demás objetos.
Sin embargo, las personas adictas al orden no siempre se sienten a gusto conviviendo con otras las cuales son todo lo contrario y dejan las cosas fuera de lugar, haciendo que deban ir todo el día detrás de ellos con tal de poder mantener la organización que tanto les gustaría. A la larga esto podría traer problemas de convivencia, además de acentuar las manías de la persona adicta al orden y hacer que su problema pudiese llegarse a hacer cada vez más intenso.
Descubre cuáles son algunas de las formas de saber si eres adicto al orden y consigue moderar esta adicción, de manera que puedas vivir cómodamente, más relajado y sin la necesidad de tenerlo todo siempre bajo control.
Te gusta tener las cosas en su sitio
Una persona adicta al orden tiene un lugar específico para todos los objetos que se encuentran en el hogar. Así pues, no aguanta muy bien el hecho de que otras personas toquen sus enseres o los demás objetos que conforman el hogar, aunque no sean suyos, y posteriormente no los devuelvan al sitio que ellos les habían asignado. Esto puede suceder con herramientas de cocina que sí acostumbran a tener un lugar específico, pero la manía puede extenderse también a alimentos u otros objetos menos importantes.
Una persona con una adicción al orden extrema puede incluso colocar siempre la basura de cierta manera o bien organizar el escurridor de platos de manera que la bajilla deba secarse siempre del mismo modo. Al igual que ordenar el lavaplatos a su manera. Intentará justificar estas acciones creyendo que su modo de hacer es el correcto, puesto que así se limpiarán mejor o evitará que puedan llegar a dañarse, pero probablemente solamente sea su necesidad de mantener el orden establecido a su manera la que impere.
Por eso, inconscientemente, va buscando su sitio para cada uno de los objetos que conforman el hogar, por pequeños que sean. A lo largo que pasa el tiempo esta manía se va extendiendo quizás a hasta aquellos enseres que no le pertenecen, ocupando el espacio de la pareja, de los familiares y de los compañeros de piso, haciendo que pueda llegar a ponerse muy nervioso si no se encuentran en el lugar en el que él o ella les había asignado previamente y esto pueda llevarle a tener discusiones o problemas con los demás habitantes de la casa.
No soportas el desorden
Aquellos adictos al orden son personas normalmente muy organizadas. Suelen hacerse listas mentales o escritas para saber cuándo y cómo van a realizar cada acción. Por eso es normal que repitan las actividades diarias de manera idéntica día tras día. Así pues, si le gusta limpiar los platos justo después de comer, o lavarse los dientes o preparar la ropa para el día siguiente, no cambiará su rutina por nada del mundo y, hasta que no haya realizado estas tareas, no se sentará en el sofá para ver una serie ni realizará cualquier otra acción.
Si no puede llevar a cabo esta rutina diaria seguramente se pondrá muy irascible y se sentirá nervioso todo el rato, hasta que no pueda realizarlo. No obstante, el hecho de haberlo hecho con retraso es posible que haga que se sienta molesto a partir de ese instante y hasta que se le pase. Las personas que conviven con un adicto al desorden pueden llevarlo mejor o peor, pero quien lo es lo más probable que no soporte ver como las cosas no se encuentran en el lugar que les tiene asignado, por lo que podrían ponerse muy nerviosos e incluso pasarse el día persiguiendo a aquellos más desordenados, con tal de tener la casa como a ellos les gusta y sentirse más tranquilos, ya que con el desorden se sentirán agobiados y nerviosos.
Así pues, si crees que eres adicto al orden lo mejor sería que te pusieses en contacto con un profesional. Si bien está genial tener la casa limpia y ordenada, no debe convertirse en una obsesión hasta el punto que no te deje disfrutar de poder improvisar o de aceptar al resto de las personas que conviven en el hogar, aunque no siempre hagan las cosas como a ti te gustaría. Por eso, es clave tener la casa arreglada, pero también poder vivir tranquilamente en paz en ella, de manera que no te suponga un gran estrés no tenerla ordenada al detalle, por el bien de tu felicidad.