Son ampliamente conocidas las diferentes medidas que los gobiernos han tomado en los
últimos años para combatir el crecimiento de las emisiones generadas al medio ambiente como la regulación de las velocidades de los automóviles en las carreteras, o limitación de acceso de vehículos en los cascos históricos de las ciudades, entre otras medidas de movilidad sostenible. Pero aún así, estas medidas no fueron suficientes y en el pasado año 2018 las emisiones aumentaron un 2,7%, alcanzando un nuevo record. Y es que la capital, ya ha superado el límite impuesto por la Union Europea para todo el año 2019 en tan solo el primer mes del año.
Efectos nocivos para la salud
"La contaminación atmosférica es el mayor riesgo medioambiental individual para la salud de los ciudadanos europeos" afirma la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) tras el último informe realizado sobre la calidad del aire en Europa. Este problema puede derivar en problemas de salud mayores como enfermedades cardiovasculares y pulmonares, infartos de miocardio y cáncer e incluso genera más de 430.000 muertes prematuras al año en la Union Europea.
Estos resultados evidencian la necesidad de tomar más medidas, y mejores, para frenar el constante crecimiento de estos gases nocivos en el aire. De esto se ha encargado la Universidad de Harvard en conjunto con el Centro Mario Molina Chile, los cuales realizaron un estudio para conocer el "Impacto de Fuentes de Combustión en la Calidad del Aire al Interior de Hogares de la Región Metropolitana". En este estudio se evidencia que los métodos de calefacción contribuyen en una gran medida a la contaminación del aire y sobre todo las calderas de carbón.
Los coches son la principal fuente de contaminación aunque, eso sí, no la única."Tenemos edificios muy antiguos, viviendas mal aisladas y calderas muy antiguas que están emitiendo mucho CO2", explica Sandra Barañano, directora técnica de 'Cuida tu casa'. Las emisiones de CO2 generadas por el uso de la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS) en una vivienda de 100 m2 en la que viven cuatro personas se aproxima a las dos toneladas anuales. Si tenemos en cuenta que un coche emite una tonelada cada 5.000 km aproximadamente, podemos concluir que las calefacciones también deben ser tomadas en cuenta a la hora de reducir emisiones.
Soluciones
Según un estudio realizado por el Ministerio, únicamente bajando dos grados la calefacción de nuestros hogares, ya se reduciría en un 10% las emisiones contaminantes asociadas al uso de la calefacción. Además de esto, un buen sistema de aislamiento en las paredes, puertas y ventanas de las viviendas, podría hacer que este porcentaje aumentara ya que el 90% de los edificios en España no están aislados térmicamente, y esto supone que la vivienda consuma el doble de energía de la que necesita. Existen ayudas públicas que permiten cubrir las fachadas con aislantes con diferentes espesores. Tomando estas medidas se puede ahorrar al mes entre un 60 y un 70% en la factura de la calefacción.
Este problema puede verse reducido si se realizaran sustituciones de las calderas más antiguas y contaminantes por otras más nuevas. Pero muchas de las casas que tienen uno de estos métodos de calefacción que generan un mayor número de emisiones, están situadas en zonas en las que por la antigüedad de las casas, la sustitución conllevaría una reforma muy grande y por consiguiente una factura muy elevada y difícil de enfrentar para las familias mas humildes. Por lo tanto, desde Agremia reconocen como "esencial" la necesidad de dar incentivos económicos por parte de la Administración como la rebaja del IBI o una aportación económica.
Los sistemas de calefacción más utilizados en España son la de calderas de gas, pero no son pocas las personas que tienen calderas de carbón en sus hogares. Sin embargo, existe una gran variedad de sistemas de calefacción, pero ¿cuál de todo ellos es el más ecológico con el medio ambiente? La caldera de gas natural, instalada en la gran mayoría de los hogares españoles, es el combustible fósil más ecológico desde el punto de vista de emisiones que emite, unos 204 gramos de CO2 por kWh térmico.Pero aún así hay sistemas, como las placas solares o la bomba de calor que generan menos CO2.
¿Qué es una bomba de calor?
Una bomba de calor es una máquina que se basa, en grandes rasgos, en un ciclo de refrigeración reversible. Este tipo de equipos tienen dos partes fundamentales, un foco caliente y otro foco frío. Cuando se aplica energía eléctrica al sistema, uno de los focos aumenta su temperatura (desprendiendo energía) mientras que el otro la disminuye (absorbiendo energía) y viceversa.
Es evidente que las medidas que se toman no son suficientes y que se hace cada vez más necesaria una mayor investigación para conseguir un desarrollo más sostenible, así como promover un uso responsable no solo de la calefacción, sino de todos los medios que nos rodean, y dar a conocer las ayudas existentes.