La costura es una de las manualidades que se ha puesto de moda en los últimos años. Experimentó un tiempo de florecimiento a partir de la crisis económica, cuando la gente descubrió que se podía ahorrar mucho dinero si optaba por hacer cosas ella misma, ya fuera arreglar los bajos del pantalón, meterle a un vestido que quedara flojo o confeccionar su propia ropa.
De ahí se dio el salto a ahorrarse aún más dinero en los regalos, haciéndolos una misma con las agujas, lo que no sólo tenía valor económico, sino mucho más sentimental. Y también se vio que la costura tenía otro tipo de aplicaciones a las que podrían ser simplemente las prendas de vestir, también se puede usar en la decoración de casa.
Al tiempo se recuperaban técnicas de costura que habían sido olvidadas hasta casi por nuestras abuelas y encontramos como algo habitual ver a gente tejiendo en el metro o que en las cafeterías se hicieran encuentros de personas aficionadas a las agujas, que van con ellas a todas partes, y al tiempo que tejían una bufanda charlaban y tomaban un café. Y es que la costura tenía otro punto a favor, se convertía en uno de los métodos de moda para luchar contra el estrés. Entre puntada y puntada y nudo y nudo se ponía en orden la mente y se potenciaba la creatividad.
Los básicos para iniciarse
A simple vista la costura es un torrente de virtudes y afirman quienes han caído en sus redes que es de lo más fácil de aprender. De hecho no hace falta tener un conocimiento previo, sólo se trata de poner interés y practicar. Pero seas de los que nunca ha cosido un botón o de los que están acostumbrados a hacer pequeños arreglos en casa hay algo que tienes que tener: unos básicos de costura para, al menos, iniciar su afición.
Nada se puede hacer sin agujas e hilos. Es algo fundamental y, de hecho, es muy difícil que no existan en ninguna casa. Sirven para cosas tan simples como la comentada antes de coser un botón que se haya caído de la camisa y no pasar la vergüenza de llevárselo a tu madre porque no sabes o no tienes los instrumentos necesarios para hacerlo.
Son productos muy económicos y a los que vas a darles utilidad y, lo más importante de todo, te pueden sacar de más de un que otro apuro. Pero no es plan de tenerlos tirado por cualquier lado de la casa, lo suyo es que estén en un sitio fijo y del que seas plenamente consciente. Si los guardas donde cuadre o el cajón que tengas más a mano seguro que en el momento de ir a echar mano de ellos no te acuerdas donde lo pusiste.
El costurero, básico para empezar
Para evitar que ocurra eso es básico tener un costurero. No te asustes, que no tiene que ser como el de las abuelas, de esos que se abren y no hacen más que salir apartados y madejas de hilos. Comiénzalo con lo que tengas y lo que vayas adquiriendo. Tampoco hace falta que te compres un costurero, puedes hacerlo con algo que tengas por casa. Una lata de galletas, un bote de cristal... cualquier cosa que se te ocurra y que recuerdes dónde lo pones. Si te animas a montarte tu propio costurero DIY (Co it yourself) nuestra mayor enhorabuena.
Agujas e hilos son los básicos a tener en tu costurero, aunque ya que nos ponemos a organizar lo suyo sería también tener un centímetro, para medir antes de cortar y asegurarse muy bien, y unas tijeras. Vale que puedes usar las que tengas para cortar papel, incluso si me apuras las de la cocina, pero lo recomendable es que las que uses para la costura sirvan sólo para eso y estén bien afiladas. Existen otros instrumentos para cortar tela, que ofrecen más exactitud, sobre todo con piezas grandes, pero esos vete añadiéndolos según necesites.
¿Cuántos hilos has de tener?
Esta es la pregunta del millón y reconozco que no sé cómo contestarla. Mi recomendación es comenzar con los colores básicos en el armario de toda persona: el negro y el blanco. Y a partir de ahí ir ampliando según los vayas necesitando. Puede resultar muy útil comprarte uno de esos sets en que vienen una veintena de tonos, pero lo cierto es que más de la mitad es posible que no los llegues siquiera a utilizar.
Hay otra serie de cosas que siempre resulta interesante tener a mano, especialmente cuando has empezado a hacer tus pinitos en esto de la costura. Es el caso de retales estampados, que se pueden usar en ropa o en piezas para la casa; también cintas y lazos de colores distintos así como piezas de fieltro. Lo dicho, sirven para mucho, sobre todo en casos en que sea necesario improvisar una solución rápida.
Seguro que irás acumulando también pequeñas piezas como botones, alfileres, tizas de marcar o imperdibles. Para que no se pierdan y acaben en el olvido, o en el fondo del cajón, lo más práctico es tener pequeños botes en que ir guardándolos. Pueden ser transparentes, para que veas lo que contienen, o al menos etiquetados a fin de que sepas donde está todo.
Un estuche para las agujas
Si lo tuyo es tejer no necesitarás tantos accesorios, porque básicamente con las agujas y la lana tendrás suficiente. Es cierto, pero también es útil tener un cuenco del que ir sacando la lana. Los hay de cerámica especialmente diseñados para esta utilidad y son además una monada. Y si eres de las que le gusta llevarse la tarea fuera de casa lo que te resultará imprescindible es un estuche para las agujas y la lana.
No sólo te permitirá tenerlo todo organizado, sino que además protegerá tus materiales de la lluvia e impedirá que te los olvides en cualquier sitio.
La máquina de coser
Por último, y aunque no es un básico de la costura, sí es cierto que cada vez más aficionados a ella la acaban teniendo. Hablamos de la máquina de coser, eso que para nuestras abuelas era una enorme inversión y que había que pensarse muy mucho el comprarla, porque ocupaba mucho sitio y además suponía un importante costo económico.
Hoy en día los precios son irrisorios en comparación con los de entonces y casi todo el mundo puede permitírsela (aunquea sea recurriendo a pedírsela como regalo de cumpleaños o Navidad). Las hay mucho más profesionales que son mucho más costosas, pero hablamos de una de las más sencillas, para ayudarte a seguir explorando en tu afición.
Y lo mejor de todo es que ya casi no ocupan espacio, son súper compactas. Tanto que no hace falta que las tengas a la vista, se pueden guardar en un armario. Más que un básico la máquina de coser sería el culmen de una aficionada a la costura.