A pesar de dedicar un cuidado especial a los elementos de nuestro hogar, es posible y bastante frecuente que en algún momento se estropeen algunas cosas. De la misma forma ocurre con las tuberías o desagües, que pueden ocasionar fugas de agua, que pueden suponer situaciones molestas o que otros objetos queden dañados por dicha fuga. A continuación, descubre cómo reparar una cañería rota:
Elegir el mejor material para nuestra tuber�a
Las tuberías que proporcionan agua son imprescindibles para casi cualquier elemento de una vivienda. La correcta instalación, así como el material del que esté hecha, son fundamentales para evitar posibles problemas en el futuro. También hay que tener en cuenta otros aspectos, como el diámetro, si la instalación va a ser exterior o interior o si va a filtrar exclusivamente agua caliente fría o ambas.
Para elegir la cañería o tubería más adecuada tendremos que fijarnos principalmente en el material, ya que cada uno de ellos ofrece distintos usos. Los tres tipos de cañerías más frecuentes son las termoplásticas; que es el material más versátil, las de cobre; las más usadas y robustas, y las de polietileno; que se utilizan exclusivamente para agua fría y preferiblemente para el exterior. No obstante, existen otras de diversos materiales: tuberías de hormigón, de amiantocemento, de acero, de fundición, de plomo, etc.
Antes de comprar e instalar la cañería que proceda tenemos que asilar y proteger las zonas que esta vaya a recorrer. Para aislarlas será preciso protegerlas de contactos accidentales que ocasionen quemaduras y proteger la instalación térmicamente, ya sea utilizando coquillas, que no son más que piezas de aislamiento, teniendo en cuenta el diámetro y densidad para su aplicación en sistemas de climatización de agua. Además, un tubo corrugado es muy indicado para aquellas instalaciones ocultas de alimentación de agua. El azul identifica la cañería de agua fría. En cambio, el color rojo señala aquella que es de agua caliente. Esto, para además de señalar, también sirve para proteger la tubería de posibles daños ocasionados por el contacto entre materiales, como el yeso y el cobre, muy comunes y cercanos en esos contextos.
Lo primero que tenemos que hacer
La forma en la que se debe arreglar una tubería que contenga fugas depende del lugar en el que se encuentre y se produzca la fuga. Si nos damos cuenta de que se esta produciendo una fuga de agua en nuestra casa es porque alguna de las tuberías está dañada.
Antes de poner remedio a este mal, lo primero que tenemos que hacer es cerrar el suministro de agua de la casa. Generalmente, las llaves de agua suelen situarse en los sótanos, desvanes, galerías, y sitios secundarios de la vivienda. Una vez encontrada esta llave habría que girar el dial hacia la derecha para cerrarla, haciendo que la fuga se detenga y no cause más daños. Si la fuga se encontrara en la tubería de drenaje, no sería necesario cerrar el suministro de agua.
Una vez hecho este paso, el siguiente será el de abrir los grifos conectados a la tubería para drenarlos y vaciar completamente la tubería para luego poder arreglarla. Para ello deberemos comenzar abriendo el grifo más bajo de la casa. Esto suelen ser aquellos que se sitúan en un sótano o la manguera de una terraza, por ejemplo. Si la fuga se encontrase sobre una tubería que conduce a un accesorio especifico, tendremos que abrir ese grifo para vaciar el conducto.
Ahora que ya hemos drenado las tuberías, será el momento de utilizar un paño seco para limpiar el área y las gotas de agua que hayan quedado alrededor de la fuga. Cuando la zona no se encuentre resbaladiza podremos empezar a trabajar sobre ella.
Herramientas necesarias
- Guantes de látex o nitrilo
- Masilla expoxi
- Abrazaderas para tuberías
- Llave inglesa y destornillador
- Acoplamiento deslizante para tuberías
- Una cinta métrica (para medir la tubería dañada
- Cinta autosoldable
C�mo solucionar este problema
Antes de ponernos a trabajar hay que ponerse unos guantes de látex o nitrilo para evitar posibles sustancias tóxicas o corrosivas con las que podamos encontrarnos o que vayamos a utilizar. En cualquier ferretería podemos encontrar este tipo de guantes.
Para arreglar las tuberías suele utilizarse la masilla expoxi. Multitud de consejos de fontanería dicen que es muy eficaz envolver esta masilla alrededor de las áreas que contengan fugas, aunque debemos tener en cuenta que esta masilla solo tiene efecto en aquellas extensiones de tuberías que sean rectas, además de en las juntas.
Existen muchas formas de solucionar este tipo de problema, ya sea de forma momentánea, utilizando métodos más sencillos y rápidos o de manera más a largo plazo, lo que se convertiría en una tarea un poco más laboriosa. Antes de nada, tenemos que saber las causas por las que la tubería ha podido colapsar, ya que puede deberse a distintas situaciones: alguna pieza que se haya desencajado, fisuras propias del paso del tiempo, etc. Tras averiguar el motivo, procederemos a reparar la tubería. Algunos de los siguientes consejos y pasos a seguir los detallaremos a continuación. Como hemos mencionado anteriormente, esos motivos de la fuga de agua pueden deberse a otra serie de aspectos añadidos. El desajuste de alguna de las juntas es algo que suele ocurrir. Otras causas comunes son que alguna de las tuercas o tornillos hayan perdido presión o que haya que cambiar el sifón.
Si fuera debido a que la junta se ha salido de donde tendría que estar, lo mejor es ajustar la tuerca con la ayuda de un destornillador y/o llave inglesa. Con estas herramientas trataremos de volver a colocar la tuerca y apretar sin llegar a forzarla. Si solo es este el motivo, únicamente tendremos que apretarla y nuestra tubería estará arreglada. Si queremos asegurarnos de que no vuelva a suceder, es recomendable cambiar la tuerca e incluso colocar una cinta autosoldable -disponible en las ferreterías- para parar la fuga de agua rápidamente en caso de que volviera a desajustarse.
Si esto no funciona es porque aparte de este hay otros motivos que permiten que el agua se filtre. Hay que mirar bien las tuberías porque podría ser que estas estuvieran golpeadas y deterioradas, o lo que es peor, rotas. Entonces, lo ideal y necesario, si querremos remediar este problema definitivamente, sería sustituir la tubería por completo. Otra de las posibles soluciones es la de utilizar un pegamento expóxico en el área en la que se está fugando el agua. Una vez aplicado este pegamento tendremos que esperar entre 20 y 30 minutos para que se seque y haga efecto. Una vez pasado este tiempo podemos cubrir este tramo de la tubería con cinta adhesiva para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir.
Tras estos pasos, podemos sujetar con una abrazadera las fugas pequeñas. Para ello tendremos que comprar una abrazadera de tubo del mismo diámetro que la tubería en cuestión. Estas abrazaderas funcionan con juntas de goma y crean un sello hermético para asegurar una pequeña fuga sobre la tubería. Estas pueden encontrarlas en cualquier sección de fontanería de prácticamente cualquier ferretería, pero eso sí, debemos asegurarnos de comprar una abrazadera de tubo del mismo tamaño y que sea al menos tan larga como la tubería con fugas para que el ajuste sea perfecto y asegurarnos así de que no existan futuras fugas inesperadas. Las abrazaderas solo hacen efecto en tuberías de PVC o de cobre, algo que tenemos que también debemos de tener en cuenta. Una abrazadera para tuberías con una junta de goma es una excelente forma de detener las fugas temporalmente hasta que se reemplace la sección de la tubería defectuosa. Para poner la abrazadera, esta hay que ajustarla bien a la tubería metiendo los pernos provistos a través de los agujeros que contenga. Este método constituye una solución temporal y no permanente.
Otro consejo que podemos aplicar es el de colocar un acoplamiento deslizante sobre la tubería. Para ello tendremos que conseguir uno que coincida también con el tamaño y el material de esta. Esto es un elemento que responde a unas pequeñas conexiones herméticas que conectan dos partes distintas de una tubería. Al igual que con las abrazaderas, los acoplamientos deslizantes deben tener el mismo diámetro y ser suficientemente largos para que sean efectivos. Para colocarlos tendremos que ponerlos tanto en una parte como en la otra de la tubería. Cuando hayamos realizado estos pasos tenemos que verificar la válvula para ver que no se vuelve a derramar el agua y que las fisuras de la tubería no persistan.
Si tus problemas se han erradicado con estas soluciones ya no deberás llamar a un fontanero para que realice la reparación de la tubería, sino que habrás sido tú el que se haya vestido de esta profesión. Con estos sencillos pasos, únicamente te quitarás un poco de tiempo, pero podrás contener algo que, de no ponerle solución, puede convertirse en un desastre mayor que incluso pueda ocasionar que tu casa quede inundada y, consecuentemente, dañado el mobiliario. Si no te sientes cómo a la hora de realizar estas tareas, lo mejor es que contactes con un fontanero para ponerle una solución cuanto antes. El servicio no suele ser muy caro, aunque siempre dependerá del grado de dificultad que encuentren.