La decoración de interiores es cada día un tema más a la moda y más estudiado al que se le dedican grandes sesiones de quebraderos de cabeza para dar con la mejor imagen posible para el hogar. Son muchas y muy diferentes las maneras de decorar con pequeños detalles los rincones de una casa, y una muy recurrida son las plantas, entre ellas el brezo.
El brezo es una de esas plantas que se pueden utilizar tanto en el interior como en el exterior de los hogares para aportar esa frescura que solo pueden aportar los seres vivos, además del color característico que pueden tener sus flores. Este color dependerá mucho de la especie de brezo ante la que estemos, ya que pueden ir desde el blanco más puro al rojo más intenso.
Pero como todo ser vivo necesita unos cuidados, así que vamos a contarte más sobre esta preciosa planta y todo lo que necesite para hacer de nuestro hogar un sitio un poco más especial.
Características del brezo
El brezo es una planta de tipo arbusto que crece en los bosques y sirve muchas veces de refugio para pequeños animales. Su hoja es perenne, es decir, que puede durar hasta dos años sin caerse con los cuidados pertinentes, sobre todo si la introduces en el interior de un hogar.
Según la variedad, puede llegar a medir hasta un metro, pero la más común alcanza como mucho los 50 centímetros de altura. Aunque muchas especies de estas plantas se han encontrado en Europa, concretamente en Irlanda, es muy común en el norte de África, por lo que se adapta muy bien a los terrenos más áridos.
Tiene una estética muy característica y reconocible. Con su aspecto de arbusto, destacan en él sus hojas, muy pequeñas y en forma de lanza que crecen de forma erguida. En las épocas de floración, que van desde el otoño y durante todo el invierno, crecen pequeñas flores en todas sus ramas de colores muy llamativos, en forma de racimo.
También es importante tener en cuenta que es muy conocida por la miel que ofrece el néctar de estas flores, siendo también reconocida como una de las flores de Bach, unas esencias que están diseñadas para vincularse con algunas emociones, siendo la del brezo la que trata el egoísmo del ser humano.
Cuidados
Aunque el brezo sea una de esas plantas que se adapta muy bien a muchos tipos de terreno, debes tener especial cuidado si quieres que te dure muchos años. En casa es ideal que se encuentre en el exterior y en un lugar de semisombra, sobre todo en la época de más crecimiento. La planta debe estar siempre húmeda, por lo que debes cuidar su abono y lo más recomendable es seguir el método del 'platillo', es decir, no regar el brezo desde arriba sino mantenerle un plato debajo del que pueda absorber.
En las épocas del año en las que está en flor, que son sobre todo el otoño y el invierno, sí que puedes introducirla en el interior de casa, siempre y cuando no tengas calefacción, y así poder darle ese toque tan maravilloso de color que el brezo desprende cuando esta florecido. Si la mantienes todo el año en el interior o utilizas mucho tiempo sistemas de aire acondicionado, puedes provocar que el brezo no aguante de un año para otro y se seque.
Lo mejor para el cuidado del brezo es mantenerle siempre un abono húmedo, basado en un compost de turba rubia y arena fina. Siempre y cuando la tierra tenga un pH ácido y le mantengamos la humedad constante, el brezo nos puede acompañar varios años en el hogar. Lo ideal es mantenerla en una maceta de plástico o barro que tenga un agujero en la parte inferior para que respire y absorba agua. Debes controlar las raíces ya que crecen muy pronto y puede que tengas que cambiar de maceta y abono cada cierto tiempo. Otra opción en la que el brezo aguanta muy bien es en pequeños arriates o terrenos empedrados como planta de jardín, donde le dé bastante luz pero sin que le dé el sol directo.
En cuanto al riego, debes saber que es una planta que no tolera bien las aguas duras, es decir aquellas que tienen un alto porcentaje en cal. Por esto, si vives en la zona donde el agua tiene un porcentaje por encima del 6% de este compuesto, tendrás que recoger agua de lluvia y almacenarla para los continuos riegos del brezo, ya que hay estaciones del año en las que hay que regarlas hasta dos veces al día.
Es recomendable hacer la poda del brezo una vez al año, para que el centro no se abra y el tallo se ponga demasiado leñoso. Lo ideal es hacerla siempre justo después de la floración, para que vuelva a crecer sano. Aunque la época de floración es principalmente el invierno, si la cuidas todo el año y con las temperaturas adecuadas, podrás disfrutar del color de la flor del brezo todo el año.