La llegada de un bebé es algo emocionante y es motivo de felicidad para cualquier familia, pero debemos tener claro que un hijo lo cambia todo por completo, incluida nuestra casa. En el momento en el que el bebé llega a nuestro hogar, este debe estar totalmente acondicionado para su llegada, es por esto por lo que en este artículo te vamos a proporcionar toda la información que necesitas para que tu casa sea un hogar seguro e idóneo para tu bebé.
¿Dónde dormirá el bebé?
Antes de la llegada de un bebé debemos tener claro dónde dormirá. Es normal que durante los primeros meses el bebé duerma en nuestra habitación para así tenerlo más cerca cuando llore o tenga hambre por las noches, pero debemos tener claro que cuanto antes el bebé tenga su propio espacio, antes comenzará a ser una persona independiente que no necesite de sus padres cerca.
El cuarto ideal
Si tu casa tiene dos habitaciones no tendrás que elegir cuál es la más adecuada para tu hijo, pero si por el contrario tu hogar tiene tres o más estancias deberás tener en cuenta una serie de factores para elegir el cuarto ideal para tu bebé.
El primer factor que considerar es el espacio, cuando más espacio disponga la habitación de tu hijo más tiempo pasará allí. Si su cuarto es demasiado pequeño tendrá que jugar en el salón o cuando crezca hacer los deberes en vuestro despacho o por vuestra casa, eso puede hacer que vuestro hogar se encuentre habitualmente desordenado, algo que no es bueno ni para vosotros ni para vuestro hijo. Que el bebé tenga una habitación donde pueda jugar libremente o donde pueda relajarse es primordial para que desde pequeño comience a reconocer que no todas las estancias de la casa están dedicadas a lo mismo, además así le darás a entender que su cuarto es solo suyo y que depende de él que se encuentre ordenado o no.
Mientras que el bebé sea pequeño, más o menos hasta los 6 años lo mejor es que su cuarto esté cerca del vuestro para oírle cada vez que os necesite y podáis acudir rápidamente a comprobar que todo vaya bien. Así mismo deberás procurar que sea un cuarto poco ruidoso que no de a la calle para que el bebé no se despierte por las noches. Si es posible, se aconseja que su habitación sea luminosa para que así sea un lugar donde tu bebé se sienta a gusto.
Prepara la habitación
La habitación de un bebé debe ser cálida y acogedora. Es fundamental que comprobemos que en verano si habitación pueda estar bien ventilada y que en invierno no haya fugas de aire que puedan enfriar su cuarto. Para logra esto lo mejor es que las ventanas sean dobles para que no escape el calor por ellas y que en verano se dispongan de persianas y cortinas para evitar el calor incida directamente en su habitación.
Se recomienda que en invierno se pongan alfombras en su cuarto para que el niño no ande directamente descalzo por el suelo o se siente en una superficie fría, pero eso si, deberemos llevarlas a lavar periódicamente para evitar que cojan ácaros que pueden provocarle alergias.
Para un recién nacido no tenemos que decorar su cuarto como si fuese un niño ya mayor, de momento no necesitaremos ni camas ni escritorios ya que no los utilizaran, pero lo que si que deberemos tener serán armarios y cómodas donde poder guardar su ropa, los juguetes, el cambiador etc... al igual que deberemos disponer de un rincón donde poner el cochecito, el moisés y el parque.
La decoración
Probablemente si estás embarazada se te haya pasado por la cabeza pintar y decorar la habitación de tu pequeño con el típico mono y la barriga de seis meses, pero también es probable que te hayas dado cuenta de que esa imagen idealizada en una mujer que esta sosteniendo varios kilos en su barriga es poco realista.
Lo más seguro es que cuando nazca tu hijo duerma con vosotros hasta los 6 meses por lo que si quieres pintar la habitación puedes hacerlo una vez que nazca o en los primeros meses de embarazo. Te aconsejamos que elijas un color neutral que no tengas que pintar una y otra vez a medida que tu hijo o hija crezca, puedes optar por tonos pasteles, blancos o grises. Asegúrate que la pintura que uses sea plástica ya que esta se puede limpiar fácilmente con agua algo que te evitará dolores de cabeza cuando veas que tu hijo pinta las paredes, porque te aseguramos que lo hará.
Por otro lado, busca cortinas que permitan mantener la luz bloqueada a ciertas horas y más tenue a otras. Lo ideal sería tener una cortina más gruesa y otra transparente para que así esta última pueda crear una luz tenue durante el día. Así mismo tampoco compres demasiados juguetes ni peluches ya que probablemente esto sea lo que más te regalen cuando nazca tu bebé.
Haz de tu casa un hogar seguro
Como se suele decir, más vale prevenir que curar y en el caso de nuestro hijo cualquier precaución es poca. En el momento en que nuestro bebé comience a gatear y a corretear por toda la casa cualquier mueble, esquina objetos pequeños o pesados se convierten en una autentica arma para el pequeño. Aunque pienses que aún falta mucho tiempo para que comiencen a moverse, te aseguramos que cuando mezclamos la vida familiar con la laboral ese tiempo se nos pasa como si fuesen horas y postergamos el asegurarnos que nuestro hogar sea seguro hasta que no tenemos un susto.
Es por esto por lo que cuanto antes preparemos nuestro hogar para la llegada de nuestro hijo, menos tendremos que preocuparnos por su seguridad. Deberás asegurarte de que no haya nada peligroso al alcance de su mano como cuadros colgados, platos o espejos que al caer puedan provocarle cortes.
Otro gran foco de peligro son los enchufes, debemos comprobar que la instalación eléctrica cumple los requisitos de seguridad, y asegurarnos de que los niños no puedan meter los dedos en los orificios poniendo protectores o bloqueándolos.
En los muebles puntiagudos deberás poner protectores para que no se hagan daño si chocan con ellos mientras juegas, si tienes escaleras deberás poner una vaya o cualquier objeto que evite que nuestro bebé pueda caer por ellas. Así mismo, asegúrate que todas las ventanas y puertas estén siempre bien cerradas.