Pintar el dormitorio, el salón o cualquier otra estancia de la casa es algo que preocupa a mucha gente. Y es que el mundo de la pintura puede ser más extenso de lo que parece en un primer momento. Además de escoger el color con el que se va a pintar una pared, también hay que saber por qué tipo de pintura optar, el acabado o su capacidad para lavarse. Es por eso por lo que antes de elegir la pintura final hay que informarse y, si fuera necesario, pedir consejo a un profesional si se quiere que el resultado sea el mejor y el esperado. Aquí tienes un pequeño manual básico sobre pintura para que te lo pienses un poco antes de decidirte por un producto u otro.
Tipos de pintura
A la hora de escoger un producto lo más importante es optar por el color que mejor se adapte al tipo de vivienda, a la iluminación de la estancia o al resto de la decoración. Sin embargo, en este manual también es esencial explicar cuáles son las características de cada uno de los productos que se pueden encontrar en el mercado, ya que esto ayudará a ahorrar tiempo y dinero.
Pintura plástica
Es la pintura tradicional y cuenta con un catálogo mayor de colores y acabados. Normalmente hay que rebajarlas con un poco de agua para mejorar su penetración en la pared, por lo que se consigue ahorrar en producto. Sin embargo, los expertos indican que son necesarias, como mínimo, 2 manos de pintura para lograr cubrir perfectamente la superficie.
Pintura monocapa
Es un producto algo más caro que la pintura plástica, pero contiene una mayor concentración de pigmento. Esto hace que su capacidad para cubrir la pared sea mucho mayor que la tradicional, por lo que con una capa suele ser suficiente. Es decir, la pintura monocapa permite un mayor ahorro de tiempo y dinero al no tener que comprar más producto. Es indicada para todo tipo de paredes, aunque los profesionales indican que los mejores resultados se logran cuando el color que se va a cubrir es similar al nuevo.
Tipos de acabados
El acabado final del producto también es otro aspecto que hay que tener en cuenta en cualquier manual básico de pintura. Para decantarse entre uno u otro hay que pensar en qué efecto se le quiere dar a la estancia, si ésta es grande o pequeña o la cantidad de luz que entra en ella.
·Brillante: con un acabado lacado, esta pintura es perfecta para utilizarse en habitaciones pequeñas o muy luminosas, ya que reflejan la luz y darán la sensación de agrandar la estancia. Eso sí, aunque muchas de ellas permiten lavarse, la pared que se va a pintar tiene que estar en perfecto estado, ya que la pintura brillante deja ver las imperfecciones de la pared.
·Satinada: también conocida como pintura semi-brillante, sus características son similares a las de la pintura brillante, pero algo más sutiles y discretas. Es, sobre todo, indicada para baños y cocinas al permitir lavarse y también para resaltar detalles arquitectónicos de la superficie que se vaya a cubrir.
·Mate: la mayoría de las pinturas de interior cuentan con este acabado sin brillo. No son las más indicadas para usar en habitaciones de dimensiones reducidas ya que absorben mucho la luz. Sin embargo, son perfectas para disimular pequeñas y medianas imperfecciones en la pared y su acabado es uniforme.
·Súper mate: tiene las mismas propiedades que los productos de acabado mate, pero con un resultado mejor y con la capacidad de disimular grandes imperfecciones en la pared.
·Seda: con características muy similares a las pinturas de acabado mate, este tipo de productos también aportan un efecto aterciopelado a la pared en la que se usa. Son conocidas, sobre todo, por aportar un aspecto y un tacto suave que aporta un toque muy agradable y cálida a la habitación.
·Otros efectos: actualmente, se puede encontrar prácticamente cualquier tipo de acabado en pintura. Un ejemplo de ello es el efecto arena, apto para paredes de interior, de exterior o con gotelé, es lavable y perfecta para paredes que están expuestas arañazos. Por su parte, el efecto estuco aporta un acabado sólido y veteado a la superficie, pero debe aplicarse una capa de cera por encima de la pintura si se quiere que sea lavable. Lo mismo ocurre con el efecto mármol, con una alta resistencia a golpes y rozaduras pero que a la larga es más cara al tener que mezclarse con la pintura del color deseado. Otros efectos que también se pueden encontrar en el mercado es el imantado, el pizzara o el efecto óxido.
Importante: ¿qué pasa con las manchas?
Uno de los grandes avances en la actualidad dentro del mundo de la pintura es que muchas de ellas ofrecen la posibilidad de lavarse. Es decir, si alguna mancha o suciedad llega a la pared de tu casa con frotar con un poco de agua se puede conseguir eliminarla por completo. En este sentido, las pinturas satinadas se pueden limpiar mejor respecto a las mates, por ejemplo. También se pueden encontrar otros productos que repelen las manchas o que son especiales para lavar, siendo estas últimas las más indicadas para pintar la cocina o las habitaciones donde los niños pequeños juegan.
Productos que respetan el medio ambiente
Otro de los problemas que preocupa a aquellas personas que van a pintar su casa es el grado de toxicidad del material que van a utilizar, especialmente a quienes son padres. Este es un aspecto que cada vez está más presente en la sociedad y, como en la alimentación o la cosmética, en la pintura también se pueden encontrar productos de origen vegetal y mineral que no causan daños en la salud ni en el medio ambiente.
¿Qué pasa con el gotelé?
Esta técnica comenzó a hacerse popular en España durante la década de los 60. Se trata de una técnica algo complicada que se basa en dejar pegotes de pintura sólida para dar a la pared un aspecto granulado. Sin embargo, es un problema para muchas personas que se han cansado de él y que quieren dar un aspecto renovado a su casa. Eliminarlo por completo es un proceso complicado y caro que debe ser hecho por un profesional pero que dejará la pared lisa y lista para ser pintada.