Muchas personas están acostumbradas a pedir ayuda a un profesional a la hora de pintar las paredes y techos de sus viviendas, pero no saben que es una tarea sencilla que pueden realizar perfectamente ellas mismas. Eso sí, para obtener un buen resultado es importante seguir una serie de recomendaciones. Lo primero es empezar siempre por el techo, pues aunque creas que nadie se fija, es uno de las partes de la casa que más llama la atención. A continuación, todos los pasos para pintar adecuadamente esta zona y ensuciar lo menos posible:
Materiales necesarios
Antes de ponernos manos a la obra, tenemos que disponer de una serie de elementos para poder realizar la tarea. Los materiales que vamos a utilizar para pintar el techo son:
Rodillo
Para la elección de este utensilio hay que tener varias cosas en cuenta. Por ejemplo, si el techo que vamos a pintar es de gotelé, el rodillo que necesitaremos será de lana y con el pelo lo más largo posible. Este tipo de rodillo es el que se utiliza para pinturas acrílicas o vinílicas. Si el techo es liso, necesitaremos un rodillo con el pelo corto, apropiado también para pinturas al agua o plásticas.
Además, hay que tener en cuenta que si el rodillo es nuevo puede soltar pelos, por lo que hay que quitárselos previamente enrollando cita adhesiva a su alrededor y quitándola después. También hay que tener cuidado par no meterlo directamente en el cubo de la pintura porque absorberá demasiada al tener poco uso. La opción correcta es pintarlo con una brocha antes de meterlo en el cubo.
Brocha
Necesitaremos una brocha redonda para poder esparcir la pintura por las aristas y rincones a los que el rodillo no puede llegar.
Pintura
Muchas son las personas que a la hora de comprar la pintura deciden ahorrarse algo de dinero y decantarse por la más barata. Sin embargo, siempre será mejor que sea de buena calidad porque así evitarás dar más pasadas y obtendrás el resultado deseado antes. Si vas a pintar el techo, elige la pintura antigoteo para no acabar con todo manchado.
Como consejo, las pinturas al agua son la mejor elección para pintar los techo de interior porque su base es acuosa debido a que su diluyente es al agua y no emite olores. Gracias a este tipo de pintura podrás limpiar cómodamente tus brochas y rodillos solo con agua. Además, la pintura al agua se seca alrededor de las 4 o 5 horas, pues hay que tener en cuenta la cantidad de pintura que utilices o cómo estaba diluida. Respeta el tiempo de secado antes de darle una segunda mano a tu techo para que se adhiera correctamente.
Por otro lado, el color más habitual para pintar el techo es el blanco porque aporta una gran luminosidad y amplitud a la habitación. Además, si las paredes también son blancas, quedarán ambas partes muy integradas. Si por el contrario, las paredes son algo más oscuras que el techo, hará que de la sensación visual de techo más alto.
Sin embargo, otra opción bastante elegida es darle al techo color para que cree sensación de espacio más íntimo y recogido. También puedes elegir la opción de pintar el techo blanco y ponerle vigas de color para conseguir la misma sensación.
Palo alargador
En el caso de que pintes el techo, opta por comprar este utensilio para enrollar el rodillo y llegar con más facilidad al techo, pues se fija el rodillo en un extremo y se maneja desde el suelo.. Será mucho más rápido, cómodo y sencillo.
Escalera
Si no quieres comprarte un palo de extensión, puedes usar unas escaleras que tengas por casa para llegar a las esquinas y molduras.
Cubeta
Cuanto más grande sea, mejor se removerá la pintura.
Bandeja
Necesaria para humedecer la brocha cuando pintemos el techo.
Protectores
Elemento imprescindible a la hora de ponerse manos a la obra con la pintura. Tienes muchos tipos por los que decantarte, ya sean plásticos, cartones, gafas protectoras, hojas de periódicos, cinta de pintor... Piensa que es tan importante protegerte tú mismo como los muebles y suelos.
Pasos a seguir
Una vez tengamos todos los materiales comprados, es hora de ponerse manos a la obra. A continuación, todos los pasos para pintar tu techo de forma adecuada:
Despejar la habitación
Es importante sacar aquellos objetos que corran en riesgo de ser manchados o agruparlos en el centro de la habitación. Por ejemplo, quita las lámparas, las cortinas... Sin embargo, los muebles que sean pesados puedes taparlos con plásticos o telas viejas para no hacer un gran esfuerzo. El suelo tienes que cubrirlo con cartones y colocar cinta de pintor donde veas que es necesario.
Repara los desperfectos
No te pongas a pintar a lo loco sin mirar antes el estado del techo, pues lo primero que debes hacer es limpiar la zona que vayas a pintar si tiene manchas y repararla en caso de que veas grietas o rajas aplicando masilla con fibra. Si ves humedades, tendrás que ir a tiendas especializadas para que te den el producto adecuado y si tienes agujeros que desees tapar, aplica emplaste de relleno.
Pintar el perímetro o molduras
Con la brocha, pinta todas las zonas a las que el rodillo no tenga acceso, como las molduras de tu techo o el perímetro del ángulo que se forma entre las paredes y el techo. Si no lo haces de esta forma y pintas el perímetro después de pintar con el rodillo, correrás el riesgo de que se noten marcas que te costará eliminar.
Pinta con el rodillo
Lo más primordial a la hora de pintar el techo es realizar las pasadas del rodillo en paralelo a la entrada de la luz en la habitación. Lo mejor es empezar a pintar franjas verticales desde la esquina de la pared de la puerta de la habitación hacia la ventana, si hay. Recuerda que antes de eso deberás haber escurrido bien la pintura sobrante del rodillo en la cubeta. Tienes que evitar volver a pintar en las zonas que ya has pintado y procura que las franjas que vayas pintando se unan un poco para que no queden huecos sin pintar. Por último, no presiones el rodillo contra el techo porque puedes hacer que se rompa la pintura.
Si tienes techos de madera, no te preocupes porque también puedes pintarlo. Primero tendrá que pasar una lija de grano fino, quitar el polvo y, por último, dar una mano de imprimación multiuso al agua y esmalte acrílico también al agua. Además, también puedes barnizar este tipo de techo con barniz al agua para formar una capa transparente que proteja el material. Con esto, tu techo no cambiará de aspecto ni color con el paso del tiempo.
Da una segunda mano con el rodillo
Aplica una segunda capa con el rodillo cuando veas que la primera capa de pintura esté totalmente seca. Normalmente, en el cubo donde viene la pintura vienen indicados los tiempos de repintado que recomienda cada fabricante. Lo importante de dar una segunda capa de pintura es que esta vez se hagan en forma de líneas horizontales para que se reparta equitativamente la pintura y no queden marcas.
Último repaso
A diferencia del paso anterior, tienes que pasar el rodillo sin pintura y sin que se haya secado la última capa aplicada. Hazlo en el mismo sentido de la primera mano, es decir, en vertical.
Curiosidades
Muchas marcas de pinturas cuentan con calculadoras de pintura en sus páginas webs para que las utilices antes de ponerte manos a la obra y sepas cuanto material te va a ser necesario más o menos. Además, en los botes también suele aparecer indicada una estimación del rendimiento para que puedas calcular la pintura que tienes que comprar aproximadamente.
Por otro lado, si mides el ancho y largo de la habitación sabrás los metros cuadrados de techo que tienes que pintar. Sin embargo, si la habitación no es cuadrada ni rectangular, prueba a crearlos tú de forma imaginaria. Multiplica largo por ancho de cada uno y suma los resultados.
En cuanto a los rodillos, es bueno que sepas que existen varios tipos. Los de pelo, ya sea sintético o natural, son preferibles para pinturas al agua y acrílicas. Dentro de esta categoría, los de pelo largo son para superficies porosas o rugosas como gotelé u hormigón. Por el contrario, los rodillos de pelo corto se emplean para zonas lisas. Sin embargo, existen otros rodillos que son de gomaespuma y que se utilizan para pinturas sintéticas y barnices, solo para zonas lisas.
Además, existen otros tipos de rodillos menos comunes. El rodillo texturizado es para decorar porque cuentan con fibras entrecruzadas, motivos o diseños que marcan la pintura como si se tratara de un sello, incluso los hay que imitan las vetas de la madera. Por su parte, también existen los rodillos flocados, es decir, aquellos que imitan el tacto del terciopelo. Su pelo es corto y compacto, especialmente buenos para esmaltes. Por último, existen rodillos especiales, aquellos con usos concretos y con formas que acompañan su misión, como los rodillos esquineros.
Para finalizar, la pintura es un elemento clave en este artículo y es bueno que se conozca un poco más. La pintura está compuesta principalmente por tres elementos, como son el pigmento, el aglutinante y el diluyente. Así pues, el pigmento es el componente encargado de dar opacidad y color a la pintura final, normalmente suele ser polvo; el aglutinante es el modo de adherir la pintura a la superficie; y el diluyente es el elemento que hace que el aglutinante sea más líquido.