También conocida como camomila o matricaria, la manzanilla es una planta aromática que pertenece a la familia de las Asteraceae, siendo nativa de la India, Europa y Oriente Próximo. Esta especie no sólo es conocida por su aspecto físico parecida a la margarita -con un disco central de intenso color amarillo y finos y largos pétalos blancos-, sino también por sus propiedades y beneficios relacionados con el sistema digestivo. Y es que su uso ya se puede encontrar en antiguos manuales de medicina griegos, egipcios y romanos, quienes la consumían para aliviar enfermedades relacionadas con el hígado y el intestino. Por lo tanto, la manzanilla es una planta que siempre viene bien tener en casa, ya que su consumo en forma de té es de lo más beneficioso para el organismo. Además, es una planta muy fácil de cultivar y que no necesita cuidados excesivos. A continuación te contamos todo lo que hay que saber sobre este sorprendente ejemplar.
Cómo cultivar la manzanilla
A la hora de comenzar con el cultivo de la manzanilla hay que saber que dentro de este ejemplar se pueden encontrar dos variedades, la alemana y la romana. La primera es anual -sólo crece y vive durante un año-, mientras que la segunda es perenne y florece año tras año. Por otra parte, es una planta que no resiste especialmente bien las temperaturas bajas, sino que su cultivo se da mucho mejor en zonas de clima cálido y templado. Su floración se produce durante los meses de primavera y verano y la recolección de sus flores se debe hacer al final de temporada en el caso de los ejemplares anuales. Si se trata de manzanilla perenne, en ese caso habrá que esperar al momento en el que las flores estén completamente abiertas para recolectarlas, siendo lo mejor que sea en un día seco.
Su cultivo se puede hacer a partir de ejemplares jóvenes que se pueden encontrar en viveros y otros espacios relacionados con plantas o bien a partir de semillas. Se elija una opción u otra, lo más recomendable es que se planten durante la primavera para que la luz del sol ayude a la manzanilla a crecer fuerte y sana. A la hora de preparar la tierra para su cultivo, hay que saber que éste debe estar limpio y con los nutrientes necesarios, además de tener un drenaje óptimo para evitar que la tierra se encharque en exceso. Y es que, a pesar de ser una planta bastante resistente en caso de condiciones adversas, hay que evitar que el suelo en el que crezca sea excesivamente ácido o poroso. Además, se debe elegir una ubicación donde el sol incida de manera directa sobre la planta, ya que la manzanilla necesita mucha luz para crecer fuerte y en óptimas condiciones.
La siembra se puede hacer tanto en macetas como en jardines y expansiones de césped más amplias, pero siempre dejando una separación mínima de entre 15-25 centímetros entre cada ejemplar para que tengan los nutrientes suficientes. En caso de optar por la siembra a partir de semillas, éstas no deberán enterrarse demasiado profundo y no hay que taparlas. Y es que al no colocarles tierra encima se favorece la incidencia directa de la luz solar para favorecer su germinación, un proceso que suele durar unos 15 días. Durante los primeros meses de su cultivo, la manzanilla no desarrollará flores, sino que pondrá toda su energía en el crecimiento de un follaje espeso y en la expansión de sus raíces bajo el suelo.
Cuidados básicos de esta planta
En general, no se trata de una planta a la que haya que prestar demasiada atención, ya que sólo necesita de unos cuidados básicos para crecer en condiciones óptimas. En lo que se refiere al riego, éste debe ser bastante frecuente, pero no abundante para evitar que la tierra se encharque y siempre regando en la base de la planta para que las flores no se mojen y se marchiten por la humedad. Por ello, el sistema de riego que se suele recomendar en el caso de estas plantas es por goteo. También necesitará de un abono regular cada mes o mes y medio, así como quitar las flores marchitas y eliminar la mala hierba que salga alrededor para que la manzanilla crezca con fuerza y favorecer a su floración.
Tampoco es una planta que suela sufrir demasiadas enfermedades, aunque sí hay que prestar atención a la aparición de pulgones o de trips, un tipo de insecto que hace que en las hojas de la planta aparezcan manchas de color blanquecino. En caso de comprobar que la manzanilla presenta señales de una plaga habrá que recurrir a expertos para saber cuál es el mejor remedio para tratarlas. Y, aunque esta planta no necesita de una poda como tal, sí que se recomienda cortar unos centímetros de las ramas a las que se les quita las flores para que vuelvan a crecer más sanas. Además, durante los meses de invierno se puede colocar una malla por encima de la plantación para tratar de resguardarla de las bajas temperaturas.
Propiedades y beneficios de la manzanilla
A la hora de preparar té con las flores de esta planta tan solo hay que dejar que se sequen durante una semana como mínimo antes de consumirlas. Y en caso de querer almacenarlas se deberá hacer en botes de vidrio perfectamente cerrados y sobre los que no incida la luz del sol de forma directa. El té es la forma más común de consumir la manzanilla para que el organismo reciba todas sus propiedades, entre las que se encuentran:
- Acción digestiva gracias al contenido de bisabolol, un tipo de sustancia que favorece la relajación de los músculos que forman parte del tracto digestivo. Así, los dolores intestinales desaparecen y se ayuda a tener una digestión más regular.
- Al tratarse de una planta diurética, su consumo también favorece la reducción de la hinchazón por la acumulación de líquidos en el abdomen y otras zonas del cuerpo.
- Sus propiedades analgésicas ayudan a aliviar dolores como los derivados de la menstruación, a lo que favorece también su acción antiespasmódica. También ayuda en personas que sufren de artritis por su capacidad antiinflamatoria.
- Ayuda a prevenir el desarrollo de úlceras en el estómago y a acelerar la curación de aquellas que ya hayan salido.
- Se trata de un tranquilizante de origen natural que favorece a la relajación en casos de estrés y de ansiedad gracias a que actúa directamente sobre el sistema nervioso central.
- También destaca por sus propiedades para prevenir las infecciones, pudiéndose aplicar en forma de compresa sobre cortes, quemaduras o cualquier otra herida abierta en la piel.